Sam Gillen (Van Damme) es un convicto quebequense que escapa de la custodia federal estadounidense por el robo a un banco y asesinato. En su último golpe, el socio de Sam mató accidentalmente a un guardia y Sam fue el único arrestado en la escena del crimen. Al momento de ayudarlo a escapar de la custodia, su socio muere en el intento, obligando a Sam a ir solo en busca del botín que está enterrado dentro de la propiedad de una granja habitada por Clydie Anderson (Arquette), una madre viuda con dos hijos