Feliz, bella e independiente, Veronica disfruta de ser una amante. Sin compromiso, sin ataduras y ella nunca tiene que ser vulnerable. Ella ha colocado cuidadosamente cada ladrillo en las paredes de la fortaleza que rodea su corazón. Ella está a salvo y la está pasando muy bien. Sin embargo, hay una persona que conocía su corazón antes de que se erigieran esos muros, su mejor amigo Brandon, que la ha apoyado durante muchos años para contar. Y mientras Verónica ha tratado de mantener a raya sus sentimientos, él es quien tiene la llave que abre la caja de emociones de Pandora.