Un filme rodado en las ciudades de Shanghái y Xiamen y donde casi no participan actores profesionales, narra la historia de Facundo, cuyo padre tenía un almacén en el Buenos Aires de los ’90s que tuvo que cerrar por la proliferación de los supermercados chinos. Treinta años después, Facundo viaja al otro extremo del planeta con el objetivo de vengarse abriendo el primer supermercado argentino en China.